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Este artículo examina el instrumento de medida desarrollado desde el modelo de habilidad de IE (Mayer y Salovey, 1997), el Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT; Mayer, Salovey y Caruso, 2002). Brevemente, se presenta el modelo de cuatro ramas de IE. El artículo examina el MSCEIT, sus subescalas, el método de puntuación, las propiedades psicométricas, su fiabilidad y estructura factorial. Varios estudios han utilizado el MSCEIT y han demostrado la validez discriminante, convergente, predictiva e incremental del test. El instrumento muestra una validez discriminante apropiada respecto a otros constructos clásicos como las habilidades cognitivas o los rasgos de personalidad. Además, se justifican las bajas correlaciones encontradas entre las puntuaciones del MSCEIT y las medidas autoinformadas de IE. Finalmente, los autores revisan la evidencia empírica que demuestra la validez incremental del test para predecir resultados importantes como rendimiento académico, procesos cognitivos, bienestar psicológico, depresión, ansiedad, conducta prosocial y conductas no adaptativas, y comportamiento organizacional y de liderazgo. Para concluir, los autores animan a investigar en diferentes líneas siguiendo su modelo de IE utilizando el MSCEIT.
This manuscript examines the measurement instrument developed from the ability model of EI (Mayer and Salovey, 1997), the Mayer-Salovey-Caruso Emotional Intelligence Test (MSCEIT; Mayer, Salovey and Caruso, 2002). The four subtests, scoring methods, psychometric properties, reliability, and factor structure of the MSCEIT are discussed, with a special focus on the discriminant, convergent, predictive, and incremental validity of the test. The authors review associations between MSCEIT scores and important outcomes such as academic performance, cognitive processes, psychological well-being, depression, anxiety, prosocial and maladaptive behavior, and leadership and organizational behavior. Findings regarding the low correlations between MSCEIT scores and self-report measures of EI also are presented. In the conclusion the authors� provide potential directions for future research on emotional intelligence.
