Vicente E. Caballo Manrique, Andrea López Fernández, Isabel C. Salazar
El diagnóstico categorial de los trastornos de la personalidad (TTPP) ha sido criticado por diversas razones, entras las que se encuentran el solapamiento de síntomas entre distintos trastornos, su elevada comorbilidad o el carácter dicotómico de su diagnóstico. Estas críticas han llevado al desarrollo de un planteamiento dimensional en las últimas versiones de los sistemas de clasificación, DSM-5/DSM-5-TR y CIE-11, considerando dos aspectos: el funcionamiento de la personalidad y una serie de rasgos patológicos. A pesar de la cuantiosa literatura publicada desde principio de este siglo sobre esta propuesta dimensional, no está claro, a día de hoy, que tenga alguna utilidad clínica. La vaga, abstracta y poco operativizable exposición de lo que constituye el funcionamiento de la personalidad y la compleja y forzada designación de rasgos mayores y menores (facetas) en el DSM-5/DSM-5-TR o sólo mayores y opcionales en la CIE-11, complican el diagnóstico dimensional de los TTPP. En este trabajo se discuten todas estas cuestiones en un intento de aportar algo de luz para un futuro menos sombrío que el actual panorama de los TTPP
The categorical diagnosis of personality disorders (PDs) has been criticized for various reasons, among which are overlapping of symptoms between different disorders, their high comorbidity, and the dichotomous nature of their diagnosis.
These criticisms have led to the development of a dimensional approach in the latest versions of the classification systems, DSM-5/DSM-5-TR and ICD-11, considering two substantial aspects for its new diagnosis: personality functioning, and a series of pathological features. Despite the large amount of literature that has been published since the beginning of this century on this dimensional proposal, it is not clear, to date, that this approach enhances clinical utility. The vague, abstract, and inoperative exposition of what constitutes personality functioning and the complex and forced designation of major and minor traits (facets) in the DSM-5/DSM-5-TR, and only major and optional traits in the ICD-11, complicate, in an unusual way, the dimensional diagnosis of PDs. This paper discusses all of these issues in an attempt to shed some light on the potentially dark future of the current PDs panorama.