Introducción. El glioblastoma multiforme de cerebelo (GMC) supone menos del 1% de todos los glioblastomas intracraneales; se extiende de forma rápida localmente, sobre todo hacia el tronco del encéfalo y leptomeninges adyacentes, y tiene mal pronóstico. Caso clínico. Paciente de 55 años de edad, que presenta desde 2 meses antes de su ingreso, sensación continua de mareo e inestabilidad, con náuseas y vómitos ocasionales, y visión doble. En la exploración física destaca hipoestesia hemifacial derecha, hipoestesia táctil y algésica en hemicuerpo izquierdo y nistagmo en la mirada horizontal bilateral. La exploración física general fue normal. La resonancia magnética (RM) encefálica mostró una lesión expansiva de 3 cm en pedúnculo cerebeloso medio y hemisferio cerebeloso derecho, hipointensa en T1, e hiperintensa en T2. Tras administración de contraste aparece heterogénea, con realce anular irregular, y edema perilesional. Se realiza exéresis subtotal de la lesión, y por anatomía patológica se diagnostica glioblastoma multiforme, y se continúa el tratamiento con radio y quimioterapia. Discusión. El GMC es infrecuente, y 46,7 años es la edad media de presentación. El 59% de los tumores se localizan en los hemisferios, tiende a extenderse localmente, y se han descrito metástasis a distancia. Las manifestaciones clínicas iniciales son hipertensión intracraneal, trastorno de la marcha y del equilibrio. El diagnóstico diferencial se facilita por RM e incluye metástasis, infarto y absceso. El tratamiento es la escisión quirúrgica radical seguida de radioterapia local. El uso de quimioterapia se ha referido, pero su lugar en el tratamiento todavía no se aclara.