A través de este artículo vamos a profundizar en el trabajo que realizó el Doctor Ángel-Pío González Soto para potenciar los estudios de Educación social en la Universitat Rovira i Virgili. En este sentido, destacamos como se han ido impulsando diferentes líneas y proyectos de investigación que recogen los principales pensamientos de Ángel en relación a como debe ser potenciada una Educación social de calidad. Para lograr este objetivo Ángel destacaba dos conceptos clave, el compromiso social y poner la investigación al servicio de la sociedad. Las futuras generaciones de educadores y educadoras sociales deben estar comprometidas con la sociedad donde van a desarrollar su trabajo y para ello deben poner sus conocimientos al servicio de la misma. En estas líneas desgranamos como debe ser esa investigación para y con la sociedad, destacando el impacto social alcanzado cuando se trabaja de esta manera y cómo Ángel ya la visualizaba y potenciaba desde su dirección en el ICE. A la vez, ejemplificamos el compromiso y siempre posicionamiento activo de Ángel a través de su apoyo a las víctimas de violencia de género en las universidades. Tal y como Ángel lo argumentaba y compartía, los y las educadoras sociales deben, de manera simultánea, ser conocedores de las mejores actuaciones educativas y sociales en el mundo, pero también deben encarnar los valores humanos que nos llevan a la transformación social y a la mejora de la sociedad.
Through this article, we will delve into the work done by Dr. Ángel-Pío González Soto to promote the studies of social education at the Universitat Rovira i Virgili. In this sense, we highlight how different lines and research projects have been promoted that reflect the primary thoughts of Ángel about how quality social education should be promoted. To achieve this goal, Ángel highlighted two key concepts: social commitment and putting research at the service of society. Future generations of social educators must be committed to the society where they will develop their work, and for this, they must put their knowledge at the service of it. In these lines, we describe how this research should be for and with society, highlighting the social impact achieved when working in this way and how Ángel already visualized and promoted it from his directorship at the ICE. At the same time, we exemplified Ángel’s commitment and always active positioning through his support for victims of gender violence in universities. As Ángel argued and empathized, social educators must simultaneously be knowledgeable about the world’s best educational and social actions. However, they must also embody the human values that lead us to social transformation and the improvement of society.