Se argumenta que la noción de conocimiento no se refiere a un tipo particular de actividad individual privilegiada para relacionarse con el mundo. Se analiza críticamente el origen de esta concepción examinando la noción de conocer y conocimiento en las prácticas del lenguaje ordinario, su transformación como resultado histórico de concebir aislado del lenguaje al individuo social, la formulación del conocimiento como una facultad psicológica llamada cognición, y soslayar la existencia de diversos modos de conocimiento. Se concluye que el conocimiento en su diversidad de formas y criterios siempre tiene lugar como un episodio social en el lenguaje, y no como un proceso individual.