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El prefacio a su libro sobre "La mirada mental" A. Ríviére y M. Núñez (1996) citan un libro de M. Datienne y J. P Vernant titulado "Las artimañas de la inteligencia. La metís en la Grecia antigua". La cita sirve a la reflexión de fondo con la que se abre el libro, cuyo objetivo es explorar y revisar la investigación cognitiva reciente sobre la llamada "teoría de la mente". La afirmación a la que sirve de apoyo esa referencia es ésta: "En (el mundo occidental)ha predominado sistemáticamente el interés por la primera de las dos formas de inteligencia, a las que los griegos designaban con los nombres de métís. Puede concebirse aquélla como una inteligencia parmenídea, la relacionada con la capacidad de organizar un mundo abstracto, estático e impersonal de relaciones invariantes. Esta, como una inteligencia -una forma de conocer- heraclitea y dinámica, mucho más ligada a los contextos iterpersonales y prácticos, relacionada con la sagacidad y las capacidades que se ponen en juego en las complejas y veloces interacciones entre personas. La inclinación estática y parmenídea del pensamiento platónico es uno de los factores que explican la propensión del pensamiento occidental a desatender, cuando no a despreciar, aquellas capacidades cognítivas que sirven de fundamento a las competencias sociales (Detienne y Vernant, 1988)". En el resto del libro no se vuelve a analizar más ni a replantear en ningún momento esa consideración histórica a la que remite el libro citado. La pregunta que aquí nos hacemos, a modo de excusa para abordar ciertas cuestiones del orden de la relación entre lo histórico y lo psicológico, es ésta: ¿se trata de una cita meramente ornamental, de un apoyo conveniente para un argumento inicial que pueda luego ser olvidado sin mayores problemas para el tema del libro? ¿O hay una materia sustantiva que permite enlazar temas y problemas de explicación histórica con temas y problemas de explicación psicológica más allá da la referencia fundamentadora hecha de pasada? Lo que aquí nos proponemos es sugerir, y hasta donde sea posible mostrar, que éste último es más bien el caso. Sí es así, entonces la cita de Ríviére y Núnez es sobre todo un síntoma de un estado de cosas que va mucho más allá de su aproximación a la teoría de la mente. Este estado de cosas podría enunciarse sumariamente como al salto, por encima da la historia, de la filogenia a la ontogenia.
