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La vertiente psicológica del trabajo filosófico de Wittgenstein, durante mucho tiempo soslayada -a veces menospreciada cuando no ocultada- por estudiosos más o menos profundos de la obra del pensador austriaco, se impone con evidencia cuando se profundiza en su trabajo, no pudiendo ser obviada aplazada para mejor momento como se hizo durante casi treinta años.
Tampoco puede ser de otro modo si se tiene presente su andadura vital, marcada por una timidez rayana en lo enfermizo, jalonada de graves momentos depresivos, duras rupturas, problemas de identidad sexual, sentimientos contradictorios hacia el hecho religioso y una ardorosa pasión moral.
La relación de Wittgenstein con la psicología siempre fue difícil y controvertida. Y sin embargo de gran relevancia para la construcción de sus propios puntos de vista como se ha mostrado en otro artículo (Pérez, 1998). En concreto, el objeto de este trabajo será el de esclarecer el profundo interés que el austriaco mostró hacia el psicoanálisis freudiano, y la incidencia que tuvo dentro de su filosofía.
