D. Carlos Oliva, Maria Pia Vitale, N. Grañana, M.E. Rouvier, C. Zeltman
Introducción. El desarrollo madurativo del niño es un aspecto esencial en el control periódico de la salud. El pediatra realiza una valoración integral del desarrollo, reconociendo factores de riesgo, e investiga sus alteraciones de forma sistemática, para intervenir en forma temprana y oportuna.
Objetivo. Valorar la evolución con la detección e intervención temprana y sistemática mediante el control de la salud.
Sujetos y métodos. Se realizó un estudio prospectivo que incluyó a 415 niños de 0 a 60 meses. Se completó el seguimiento longitudinal de 188 niños en los que se habían encontrado una o más áreas del neurodesarrollo afectadas. Se analizaron las derivaciones realizadas, la adhesión a las indicaciones médicas y la evolución clínica, y se repitió trimestralmente durante un año la misma prueba de detección con el Ages and Stages Questionnaire, tercera edición (ASQ-3).
Resultados. Del total de la muestra inicial se encontró a 188 niños en riesgo (45%), de los cuales sólo 24 (7%) persistieron con el trastorno del neurodesarrollo en la muestra final. La comunicación resultó ser el área más afectada, tanto en la primera como en la segunda prueba. Se encontró a su vez una mayor prevalencia de adversidad socioambiental en los pacientes que presentaban retraso en la adquisición de una o más pautas madurativas y menor recuperación con las indicaciones de estimulación temprana.
Conclusión. La detección y la intervención temprana en el neurodesarrollo permiten la mejoría en el 83% de los niños en el ámbito del control de salud desde la prevención.