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Argentina
El notable desarrollo de herramientas para la evaluación estructurada de la reincidencia violenta de los agresores de pareja coexiste con una relativa escasez de herramientas adaptadas a la diversidad de las instalaciones comunitarias para las mujeres que sufren violencia de género (IPV). Esta situación impulsó el desarrollo del RVD-Bcn en Cataluña (España). El presente estudio prospectivo multicéntrico es el primero en probar la validez predictiva de esta herramienta para la evaluación del riesgo de la IPV en una muestra diferente de la original. Asesores capacitados entrevistaron a 321 mujeres en cinco centros de salud comunitaria en Córdoba (Argentina); 230 de ellos completaron un seguimiento que varió de 47 a 311 días. Se registraron prospectivamente incidentes de IPV física, incluyendo amenazas graves y relaciones sexuales no consentidas. Las tasas de IPV en los grupos de bajo, moderado y alto riesgo fueron de 10, 57 y 33%, respectivamente. El resumen de calificaciones de riesgo se asoció significativamente con episodios de violencia durante el seguimiento, al igual que las puntuaciones de RVD (ROC-AUC =. 88 y. 89, respectivamente). Los participantes de bajo riesgo no sólo sufrieron menos episodios de IPV que los participantes en el grupo de riesgo moderado y alto, sino que también tardaron más tiempo en padecerlos. El modelo predictivo más preciso de IPV incluyó puntuaciones totales y una variable dicotómica de calificación de riesgo resumen bajo frente a moderado-alto. Los hallazgos contribuyen a la práctica emergente de incluir la valoración estructurada del riesgo de violencia en contextos profesionales e instituciones en Latinoamérica.
The remarkable development of tools for the structured assessment of violent reoffending of intimate partner aggressors coexists with a relative scarcity of tools adapted for the diversity of community facilities for women who suffer intimate partner violence (IPV). This situation prompted the development of the RVD-Bcn in Catalonia (Spain). The present multisite prospective study is the first to test the predictive validity of this tool for IPV risk assessment in a sample different to the original. Trained assessors interviewed 321 women in five community health facilities in Córdoba (Argentina); 230 of them completed a follow-up that ranged from 47 to 311 days. Incidents of physical IPV, including serious threats and forced sex, were recorded prospectively. Rates of IPV in the low, moderate and high-risk groups were 10, 57, and 33 percent, respectively. The summary risk ratings were significantly associated with the occurrence of violence during follow-up, as were RVD scores (ROC-AUCs = .88 and .89, respectively). Low-risk participants not only suffered fewer IPV events than participants in the moderate and high-risk group, but also suffered them later in time. The most accurate predictive model of IPV included total scores and a dichotomised variable of low vs. moderate-high summary risk rating. Findings contribute to the emerging practice of including structured violence risk assessment in Latin American professional contexts and institutions.
