Entre las elecciones a las que se enfrentan las empresas merece destacar, por la repercusión que puede tener en el futuro de la entidad, el diseño de su configuración organizativa. La realización de este diseño enfrenta a las empresas al reto de fijar los objetivos a alcanzar y elegir las vías a seguir para llegar a su consecución, debiendo hacerlo teniendo siempre presentes las condiciones del entorno en el que habrán de llevar a cabo sus operaciones.