Introducción. Los aneurismas descritos en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) pediátrico indican un mal pronóstico, con una supervivencia de 5,5 meses. De los 20 casos encontrados en la literatura, su presentación es tardía (edad media de 9,97 años) y está asociada a una infección grave por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) con un bajo recuento de CD-4 (media de 79,17 células) y elevados niveles de carga viral (media de 222.662 copias/mL). Algunos autores consideran el aneurisma resultado de la acción del propio VIH, de un agente oportunista (citomegalovirus o Mycobacterium avium) o de los mecanismos inflamatorios relacionados con la recuperación inmunológica. Caso clínico. Presentamos a una niña de 9 años de edad, sida C-3, en recuperación de sus niveles de CD-4 y carga viral, con amaurosis fugaz como consecuencia de isquemias transitorias en el área de la arteria oftálmica. La necropsia puso de manifiesto una lesión aneurismática secundaria a una micobacteria atípica. Conclusión. La descripción llama la atención sobre esa complicación poco frecuente, pero relacionada con un mal pronóstico, y remarca la importancia de considerar un agente oportunista asociado a la rápida recuperación inmunológica como etiología del proceso.