Laura López Mascaraque, F. de Castro
Introducción y Objetivo. El sistema olfativo es un modelo extraordinario para la investigación de la guía y la conectividad del crecimiento axonal. Durante el desarrollo, el epitelio olfativo, el bulbo olfativo y la corteza olfativa diferencian varios tipos celulares, y extienden sus proyecciones axonales. Dado que hay una relación estrecha entre estas tres estructuras, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿es necesaria la llegada de las aferencias sensoriales procedentes del epitelio olfativo para iniciarse la formación de las proyecciones centrales del bulbo olfativo? Esto nos lleva a otra pregunta más general: ¿es necesario el establecimiento de conexiones aferentes para inducirse un programa de desarrollo en las células diana? Desarrollo. El establecimiento inicial de las proyecciones centrales del bulbo olfativo ocurre independientemente de la llegada de los axones del epitelio olfativo, lo que refuerza la idea de que las diferentes regiones corticales se predeterminan ya antes de la migración de neuronas posmitóticas, por lo menos en el caso del bulbo olfativo. Esto implica un control molecular, intrínseco y estricto de las distintas estructuras del sistema olfativo. Conclusiones. Entonces, ¿cómo encuentran las proyecciones axonales su correcta localización dentro del cerebro? Mecanismos por contacto y moléculas quimiotrópicas cooperan para fijar su posición en el telencéfalo, y evitan que los axones del bulbo invadan otras estructuras diferentes a la corteza olfativa. Al mismo tiempo, estimulan la formación de colaterales axónicas, en una orquesta de señales atrayentes/permisivas y repulsivas/inhibidoras. En etapas posteriores del desarrollo, se completará la apariencia madura del bulbo olfativo.