Patricia Acosta, Esperanza Pérez de Plà, Martha Rodríguez
En este artículo se describen las observaciones realizadas mediante el método de Esther Bick, en las que dos bebés manifiestan trastornos de hiperactividad a partir del segundo semestre de vida. Se realiza un análisis del desarrollo y del vínculo de cada infante con su madre y su entorno familiar, lo que permite evidenciar la incidencia de aspectos tales como la depresión e inconsistencia del cuidado materno. Se fundamenta el trabajo desde las teorías de Winnicott y Freud y se reflexiona sobre las posibilidades preventivas de la hiperactividad.