Núria Garcia Blanc, Raquel Gomes, Agnes Ros Morente, Gemma Filella Guiu, Barbara Hanfstingl
Introducción. La adolescencia es una etapa crucial para el desarrollo emocional y social. Por ello, fomentar competencias emocionales es clave para mejorar el bienestar, la adaptación social y dotar de herramientas para afrontar los desafíos característicos de este periodo. Este estudio evalúa la efectividad de un programa de desarrollo de competencias emocionales en adolescentes.
Método. La muestra de este estudio se compone de 175 estudiantes de educación secundaria con una edad media de 13.53 años (DT = 0.523), distribuidos en 48% hombres, 51.4% mujeres y 0.6 no especificado. Para ello, se utiliza un diseño cuasi experimental pretest-postest con grupo control. El programa consta de 25 actividades, implementadas durante un curso académico en la hora de tutoría para desarrollar las competencias emocionales. Las pruebas estadísticas que se aplican son la Prueba U de Mann-Whitney para muestras independientes y para muestras pareadas. Los instrumentos utilizados para medir las variables del estudio son el Cuestionario de Desarrollo Emocional para Educación Secundaria (CDE-SEC), el Cuestionario de Ansiedad Estado-Rasgo (STAI), el Cuestionario de Regulación Emocional para Niños y Adolescentes (ERQ-CA), la Escala Breve de Resiliencia (BRS) y el Cuestionario de Violencia Escolar (CUVE3-EP). El rendimiento académico fue proporcionado por los docentes.
Resultados. Los resultados reflejan mejora significativa en las competencias emocionales de conciencia y regulación, así como un aumento de la resiliencia y el rendimiento académico. Igualmente, se observó una disminución significativa en la estrategia de supresión emocional, la ansiedad y diferentes componentes de la violencia escolar en el grupo de intervención. Estos resultados respaldan la relevancia de la educación emocional durante la adolescencia y la tendencia a mejorar los constructos que necesitan más tiempo.
Discusión y conclusiones. Trabajar las competencias emocionales en el aula emerge como una herramienta efectiva para este propósito y se resalta la necesidad de futuras investigaciones que aborden el efecto de estas intervenciones a largo plazo.
Introduction. Adolescence is a crucial stage for emotional and social development. Therefore, fostering emotional competencies is key to improving well-being, social adaptation, and equipping with tools to face the characteristic challenges of this period. This study evaluates the effectiveness of an emotional competencies development program in adolescents.
Method. The sample of this study consists of 175 secondary education students with an average age of 13.53 years (SD = 0.523), distributed as 48% males, 51.4% females, and 0.6% un-specified. For this purpose, a quasi-experimental pretest-posttest design with a control group is used. The program consists of 25 activities, implemented during an academic year in tutoring hours to develop emotional competencies. The statistical tests applied are the Mann-Whitney U test for independent samples and for paired samples. The instruments used to measure the study variables are the Emotional Development Questionnaire for Secondary Education (CDE-SEC), the State-Trait Anxiety Inventory (STAI), the Emotion Regulation Questionnaire for Children and Adolescents (ERQ-CA), the Brief Resilience Scale (BRS), and the School Violence Questionnaire (CUVE3-EP). Academic performance was provided by the teachers.
Results. The findings show a significant improvement in the emotional competencies of awareness and regulation, as well as an increase in resilience and academic performance. Similarly, a significant decrease was observed in the emotional suppression strategy, anxiety, and various components of school violence in the intervention group. These results support the importance of emotional education during adolescence and the trend to improve constructs that require more time.
Discussion or Conclusion. Working on emotional competencies in the classroom emerges as an effective tool for this purpose, highlighting the need for future research addressing the longterm effects of these interventions.