Dinorah de León, Guillermina Suárez, Camila Muniz, Lucía Rosich, Irina Sánchez
En las instancias académicas de realización de pruebas con altos niveles de competencia, hombres y mujeres suelen mostrar diferentes comportamientos en sus respuestas, contribuyendo a que los hombres obtengan mejores puntuaciones. Desde 2016 Ceibal ofrece “Jóvenes a Programar” (JaP), un programa de capacitación y apoyo en la inserción laboral en el área de las tecnologías de la información. El ingreso es condicional a la aprobación de una prueba en la que históricamente las mujeres logran puntajes menores y tienden a dejar más preguntas sin contestar. En el presente estudio se diseñó, implementó y evaluó un ensayo controlado aleatorizado, con el fin de mejorar el puntaje final y disminuir la cantidad de preguntas sin contestar, a partir de ajustes en el diseño de la prueba. Se presentaron a la prueba 6.094 jóvenes de entre 18 y 30 años, quienes fueron asignados aleatoriamente a 7 versiones de la prueba, que se corresponden con tres grupos experimentales. Los resultados sugieren mejoras en el desempeño de las mujeres en la prueba, reduciendo diferencias de género tanto en el promedio de respuestas en blanco como en el promedio de preguntas correctas sobre respondidas. En este último caso, la intervención que propone un ejercicio de reducción de ansiedad logra eliminar las diferencias de género, sin afectar el desempeño de los hombres (diferencia de medias no significativa, N=751, t-statistic=1.16). Estos hallazgos resaltan la importancia de diseñar instancias de evaluación considerando la existencia de factores que afectan de forma diferente a hombres y mujeres.