Sofia Barmak, Nicolás Calleja
Introducción: Los modelos evolutivos son una gran herramienta para conocer el funcionamiento de las estructuras cerebrales implicadas en el comportamiento y en distintas áreas de la salud. Los anfibios, animales que representan el pasaje del ambiente acuático al terrestre, resultan un modelo interesante para estudiar estructuras básicas y filogenéticamente más antiguas. Se puede crear una analogía entre los anfibios modernos y los primeros tetrápodos que salieron del agua para dominar el medio terrestre hace 500 millones de años. Además, existe evidencia que establece una homología entre estructuras cerebrales en anfibios y humanos, pudiendo dilucidar conductas que estarían altamente conservadas a lo largo de la evolución. Luego de varios trabajos realizados en el laboratorio de Biología del Comportamiento en el IBYME con el sapo terrestre Rhinella arenarum, hemos encontrado que la utilización de soluciones salinas con distinta concentración resulta ser un estímulo eficaz en este modelo animal. Metodología y Resultados: El primer experimento muestra el uso de una solución salina como estímulo aversivo en un diseño donde se observó condicionamiento cardiovascular (respuesta de taquicardia) y su posterior extinción, registrado con electrodos en sapos machos adultos. En el segundo experimento se utilizaron estímulos visuales para lograr una respuesta de orientación espacial en sujetos entrenados en una arena o campo abierto. Allí se observó que los sujetos lograban orientarse utilizando la información de las claves. Discusión. Los resultados obtenidos por ambos trabajos permiten avanzar sobre el conocimiento de los fenómenos de miedo y de aprendizaje espacial desde una perspectiva comparada.