Programar implica pensar mucho y cosas bastante complejas. Y para eso se requiere lo que se llama funciones ejecutivas, que son funciones muy básicas del pensamiento humano. Sin embargo, aún no está del todo claro si la enseñanza de la programación puede mejorar las funciones ejecutivas. Vamos a tratar de responderlo en esta charla, contando los resultados de un estudio que analizó si la enseñanza de la programación (recientemente incorporada en muchos currículos educativos a nivel mundial) entrena funciones ejecutivas en preescolares de diferentes niveles socioeconómicos. En el estudio participaron 94 niños de un jardín de infantes de nivel socioeconómico bajo y otro de nivel medio. Las salas de cinco años se asignaron al grupo programación (que recibió enseñanza de programación con Scratch Jr) o al grupo control (que trabajó en ejercicios de arte). Las actividades en ambos grupos incluyeron tablets y fueron realizadas por los docentes del aula. A todos los niños se les tomaron pruebas computarizadas de funciones ejecutivas antes y después de las actividades de entrenamiento o control; y a sus padres se les administró una encuesta de nivel socioeconómico. Los resultados indicaron que enseñar programación con Scratch Jr incrementó los desempeños en control inhibitorio, inteligencia no verbal y memoria de trabajo sólo en el grupo de nivel socioeconómico bajo; y además mejoró puntajes de atención independientemente del nivel socioeconómico. No se encontró impacto en planificación. Nuestros resultados muestran que la enseñanza de la programación, además de su valor intrínseco, también puede entrenar procesos cognitivos cruciales para la escuela y la vida, especialmente en los niños más vulnerables