Leioa, España
El objetivo de esta investigación fue doble. Por un lado, demostrar que las personas con discapacidad intelectual (DI) pueden practicar taekwondo (TKD) y, por otro, valorar el efecto de dicha práctica. Para ello, se diseñó un estudio longitudinal con medidas de pretest y postest. Trece jóvenes de entre 14 y 35 años con DI realizaron un entrenamiento de TKD adaptado durante 20 semanas. Tras observar que las/os participantes seguían las instrucciones de la entrenadora y realizaban las técnicas, se evaluó el efecto del entrenamiento en sus habilidades motrices. La direccionalidad se evaluó utilizando la prueba de agilidad modificada (MAT2) y el equilibrio y la coordinación mediante la Escala de Observación de la Competencia Motriz (ECOMI). Los resultados demostraron que las personas con DI pueden practicar técnicas básicas de TKD y que el entrenamiento mejora sus habilidades motrices de direccionalidad, equilibrio y coordinación, si bien no todas las diferencias fueron significativas. Con ello se puede concluir que las personas con DI pueden realizar un deporte de combate como el TKD siempre y cuando se adapte a sus características y que su práctica tiene efectos beneficiosos, y mejora el rendimiento en sus habilidades motrices.
The objective of this research was twofold. On the one hand, to demonstrate that young people with intellectual disabilities (ID) can practice taekwondo (TKD) and, on the other hand, to assess the effect of this practice. For this purpose, a longitudinal study was designed with pretest and posttest measures. Thirteen young people between 14 and 35 years of age with ID underwent a training of adapted TKD for 20 weeks. After observing that the participants followed the trainer’s instructions and performed the techniques, the effect of the training on their motor skills was evaluated. Directionality was assessed using the modified agility test (MAT2) and balance and coordination using the Observation of Motor Competence Scale (ECOMI). The results showed that people with ID can practice TKD and that training improves their motor skills of directionality, balance, and coordination, although not all differences were significant. Thus, it can be concluded that people with ID can practice a combat sport such as TKD as long as it is adapted to their characteristics and that its practice has beneficial effects, improving performance in their motor skills.