Los contextos de clase media fomentan el solipsismo, una tendencia cognitiva social en la que las personas se centran en su propio estado interno, sus objetivos y motivaciones, y que favorece la atribución disposicional. Por otro lado, los contextos de clase trabajadora fomentan el contextualismo, una tendencia cognitiva social centrada en fuerzas situacionales incontrolables que favorece la atribución situacional. La presente investigación explora las diferencias que la case social puede originar en la atribución de estabilidad y en la intención de compra tras una crisis de reputación de un producto. En la misma línea que otras investigaciones previas sobre las diferencias en la tendencia cognitiva social en función de la clase social, nuestros cuatro estudios (N = 680) demuestran que las personas de clase media (frente las de clase trabajadora) perciben gozar de una posición más elevada en la sociedad (Estudios 1A y 3), lo que produce una tendencia más fuerte hacia la atribución de estabilidad a una crisis de reputación de un producto (Estudios 1A, 1B, 2 y 3), y una mayor convicción de que el problema es típico de los productos de esa marca y que la marca tendrá problemas similares en el futuro. Asimismo, esta atribución de estabilidad tiene consecuencias ulteriores en la intención de compra: las personas de clase media (frente a las de clase trabajadora) muestran menor tendencia a comprar productos de esa misma marca tras una crisis de reputación de un producto (Estudio 3).
Middle-class contexts foster solipsism, a social cognitive tendency that focuses on one’s internal states, goals and motivations and favours dispositional attribution. By contrast, working-class contexts foster contextualism, a social cognitive tendency that focuses on uncontrollable situational forces and favours situational attribution. The current research investigates social class differences in attribution of stability and purchase intention following a product-harm crisis. Consistent with previous research on social class differences in social cognitive tendency, four studies (N = 680) demonstrate that middle- (vs. working-) class individuals perceive themselves as having a higher social status in society (Studies 1A and 3), which leads to a stronger tendency to attribute stability to a product-harm crisis (Studies 1A, 1B, 2 and 3), believing to a greater extent that the problem is typical of the brand’s products and the brand will likely run into similar problems in the future. Moreover, this stability attribution has downstream consequences for purchase intention — middle- (vs. working-) class individuals are less likely to purchase products from the same brand following a product-harm crisis (Study 3).