Las Termas de Montecatini existen desde el siglo XIV. Su papel en el ecosistema microbiano intestinal es concebible. Numerosos trabajos plantean la hipótesis de una relación entre la microbiota y la depresión, la microbiota y las enfermedades neurológicas degenerativas, la microbiota y los trastornos del espectro autista. Las aguas de Montecatini podrían desempeñar un papel importante en el mantenimiento de la eubiosis intestinal. Además del agua potable, los baños termales han demostrado ser importantes para mejorar el bienestar mental. El futuro podría ser la asociación de tratamientos hidropónicos y baños termales capaces de ayudar a las terapias tradicionales en numerosas patologías, incluidas las neurológicas.