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Carmen Gómez Labrador
En los últimos años, se ha constatado un incremento preocupante en los problemas emocionales que presentan muchos adolescentes. En un principio, este hecho se ha asociado a los efectos contingentes a la pandemia y la situación atípica que sufrieron más incisivamente esta población. Pero la actualidad, sigue evidenciando dificultades (ansiedad, depresión…) que, en muchos casos, desembocan en conductas autolesivas no suicidas (Vázquez, Armero, Martínez-Sánchez, 2022), observadas en los centros educativos de secundaria, la mayoría asociadas a una disfuncionalidad en la regulación de sus emociones. Si, además, hablamos de alumnos con altas capacidades intelectuales, la situación se complica exponencialmente. En este estudio, se pretende evidenciar si hay factores de riesgo más prevalentes que hacen más vulnerable al colectivo con altas capacidades, así como describir las dificultades más imperantes, para fomentar la intervención preventiva de estos comportamientos y facilitar a docentes y familias conocimientos sobre ellos (Fonseca y Pérez, 2020). Para ello, se han analizado cuestionarios dirigidos a la detección de un amplio espectro de problemas emocionales y de conducta, en una población de alumnos escolarizados en Educación Secundaria Obligatoria de Extremadura, con edades comprendidas entre 12 y 18 años, identificados con altas capacidades y con protocolo de atención en Salud Mental por riesgo de conductas autolíticas. La autolisis no suicida en este colectivo, es un campo de estudio muy limitado aún y poco contrastado en nuestro país, siendo las dificultades en la identificación del alumnado con altas capacidades intelectuales el primerobstáculo, así como el desconocimiento de las características emocionales asociadas a ellos (Tourón, 2022), Además, no contamos actualmente con herramientas construidas, validadas y baremadas que permitan la evaluación de estas conductas en los adolescentes y prevean este tipo de comportamientos, para lo que es de vital importancia la información, formación y concienciación de la sociedad (Fonseca y Pérez, 2020).
In recent years, there has been a worrying increase in the emotional problems that many adolescents have. Initially, this fact has been associated with the contingent effects of the pandemic and the atypical situation that this population suffered most acutely, but today continues to show difficulties (anxiety, depression...) that in many cases lead to non-suicidal self-harming behaviors (Vázquez, Armero, Martínez-Sánchez, 2022), observed in secondary schools, most associated with dysfunction in regulating their emotions. If we also talk about students with high intellectual abilities, the situation becomes exponentially complicated.In this study, the aim is to demonstrate whether there are more prevalent risk factors that make the group with high abilities more vulnerable, as well as to describe the most prevailing difficulties, to promote preventiveintervention of these behaviors and provide teachers and families with knowledge about them ( Fonseca and Pérez, 2020). To this end, questionnaires aimed at detecting a wide spectrum of emotional and behavioral problems have been analyzed in a population of students enrolled in Compulsory Secondary Education in Extremadura, aged between 12 and 18 years, identified as having high abilities and with Mental Health care protocol for risk of self-harming behavior. Non-suicidal self-lysis in this group is a very limited field of study and little contrasted in our country, with the difficulties in identifying students with high intellectual abilities being the first obstacle, as well as the lack ofknowledge of the emotional characteristics associated with them. (Tourón, 2022), Furthermore, we do not currently have constructed, validated and scaled tools that allow the evaluation of these behaviors in adolescents and foresee this type of behavior, for which it is extremely important the information, training and awareness of the society (Fonseca and Pérez, 2020).
