Acceso usuarios
Ana Gouveia, Marina Cunha, Ana Galhardo, Diogo Carreiras
Nuestra investigación tuvo como objetivo validar la Escala de Prosocialidad (PS) entre adolescentes portugueses. Intentamos examinar su estructura factorial, la invarianza del modelo según el sexo biológico, la confiabilidad y la asociación con variables sociodemográficas y otras variables relevantes. Nuestra muestra incluyó a 454 adolescentes de 13 a 17 años que completaron medidas de autoinforme que evaluaban la flexibilidad psicológica, las emociones negativas, la salud mental y el comportamiento prosocial. El PS demostró una estructura bifactorial que comprende un factor latente (prosocialidad) y dos factores específicos (acciones y sentimientos). Mostró consistencia interna y confiabilidad test-retest satisfactorias.
Además, mostró correlaciones positivas con la flexibilidad psicológica y la salud mental, mientras que se correlacionaba negativamente con estados afectivos negativos. El PS surgió como un instrumento válido y confiable para medir conductas prosociales, y promete ser aplicado como herramienta de detección en entornos educativos y clínicos. También puede facilitar la evaluación de intervenciones destinadas a fomentar una conducta prosocial.
Our research aimed to validate the Prosocialness Scale (PS) among Portuguese adolescents. We sought to examine its factorial structure, model invariance across biological sex, reliability, and association with sociodemographic and other relevant variables. Our sample included 454 adolescents aged 13 to 17 who completed self-report measures assessing psychological flexibility, negative emotions, mental health, and prosocial behavior. The PS demonstrated a bifactorial structure comprising a latent factor (prosociality) and two specific factors (actions and feelings). It exhibited satisfactory internal consistency and test-retest reliability.
Moreover, it showed positive correlations with psychological flexibility and mental health while negatively correlating with negative affective states. The PS emerged as a valid and reliable instrument for gauging prosocial behaviors, holding promise for application as a screening tool in educational and clinical settings. It may also facilitate the evaluation of interventions aimed at fostering prosocial conduct.
