México
La alimentación desempeña un papel significativo en nuestras vidas como individuos, ya que no solo satisface una de nuestras necesidades básicas, sino que también está arraigada en las prácticas sociales. A pesar de que se ha investigado en gran medida, hay escasa evidencia sobre cómo afecta emocionalmente y modera nuestro comportamiento alimentario. El objetivo de esta investigación fue identificar las diferencias en la alimentación emocional de acuerdo con el diagnóstico de ansiedad y depresión en una muestra de adultos mexicanos. Se contó con la participación de 814 personas. Se trató de un estudio cuantitativo de tipo descriptivo donde se aplicó una batería compuesta por el Inventario de Depresión de Beck-II (Beck et al., 1996), Inventario de Ansiedad de Beck (Beck et al., 1988) y la Escala de Alimentación Emocional (Rojas y García-Méndez, 2017). Los resultados indican que las mujeres presentan una mayor prevalencia de ansiedad y depresión; en cuanto al grado de estos diagnósticos, se encontraron diferencias significativas en todos los factores de la Alimentación Emocional a excepción de los factores familia y cultura. En conclusión, el factor emoción muestra una mayor incidencia en personas con niveles moderados y severos de ansiedad y depresión, lo que indica que tienden a comer más en respuesta a emociones negativas como una estrategia de afrontamiento.
Nutrition plays a significant role in our lives as individuals, as it not only satisfies one of our basic needs but is also deeply rooted in social practices. Despite extensive research, there is limited evidence on how it emotionally affects and moderates our eating behavior. The objective of this research was to identify differences in emotional eating based on the diagnosis of anxiety and depression in a sample of Mexican adults. A total of 814 individuals participated in the study. It was a descriptive quantitative study where a battery composed of the Beck Depression Inventory-II (Beck et al., 1996), Beck Anxiety Inventory (Beck et al., 1988), and Emotional Eating Scale (Rojas & García-Méndez, 2017) was administered. The results indicate that women show a higher prevalence of anxiety and depression. Regarding the severity of these diagnoses, significant differences were found in all factors of Emotional Eating except for the family and culture factors. In conclusion, the emotion factor exhibits a greater incidence in individuals with moderate and severe levels of anxiety and depression, suggesting that they tend to eat more in response to negative emotions as a coping strategy.