Resulta evidente que el trabajo por mejorar y fortalecer la sanidad pública es continuo. No cesa, y así debe ser. Listas de espera, tiempos de respuesta y adaptación a las nuevas tecnologías, a las nuevas titulaciones, a las nuevas herramientas, a los nuevos tratamientos. Estamos en permanente actualización. Y todo con una máxima: la prevención y el cuidado.