Joseba Achotegui Loizate
En el artículo se muestran las relevantes concordancias que existen entre el evolucionismo y el psicoanálisis de Melanie Klein, a pesar de que aparentemente son planteamientos muy alejados. Se señalan cinco grandes puntos muy relevantes de concordancia. La importancia de la vida relacional en la estructura del funcionamiento mental. Nuestro cerebro es 7 veces mayor del que nos correspondería, y lo es para poder manejar nuestra complejísima vida social. Somos una especie eusocial, como las abejas o las hormigas, pero tenemos autonomía y libertad con muchísimas emociones, fantasías, vivencias. Melanie Klein señala cómo desde el nacimiento los impulsos buscan la relación con el objeto, nuestro mundo es relacional. El trastorno mental en gran parte es la expresión de problemas relacionales y hay un continuum entre salud mental y trastorno mental. En el modelo evolucionista se plantea que nuestra mente se construyó para la vida en comunidad pero que esta vida social crea muchas tensiones emocionales. Considera Melanie Klein que en la ansiedad es fundamentalmente una expresión de agresividad. Las dos teorías consideran al juego como un entrenamiento y una expresión de emociones y aprendizaje de la vida en común. Para Melanie Klein el juego es un elemento central en su modelo de tratamiento psicoanalítico. Las dos teorías consideran que el bebé tiene intensas vivencias en relación a su situación de dependencia y a sus vínculos con sus cuidadores y con la comunidad. En el modelo evolucionista la teoría competición-colaboración, y la teoría kleiniana la teoría envidia-gratitud comparten la perspectiva de que el manejo de la agresividad es clave en la salud mental.
The article shows the relevant agreements that exist between evolutionism and Melanie Klein's psychoanalysis, despite the fact that they are apparently very different approaches. Five major, very relevant points of agreement are highlighted. 1) The importance of relational life in the structure of mental functioning. Our brain is 7 times larger than our size, and it is to be able to manage our very complex social life. We are a eusocial species, like bees or ants, but we have autonomy and freedom with many emotions, fantasies, experiences. Melanie Klein points out how from birth impulses seek a relationship with the object, our world is relational. Mental disorder is largely the expression of relational problems and there is a continuum between mental health and mental disorder. In the evolutionary model it is stated that our mind was built for community life but that this social life creates many emotional tensions. Melanie Klein considers that anxiety is fundamentally an expression of aggressiveness. The two theories consider the game as training and an expression of emotions and learning about life together. For Melanie Klein, play is a central element in her psychoanalytic treatment model. The two theories consider that the baby has intense experiences in relation to her situation of dependence and her ties with her caregivers and with the community. In the evolutionary model, the competition-collaboration theory and the Kleinian envy-gratitude theory share the perspective that conflict with the management of aggression is key to mental health.