Acceso usuarios
Diana Carolina Mira Tamayo, María José Gómez Poyato, Antonio Matías Solanilla, Antonio Eito Mateo
La labor de los profesionales del trabajo social no ha dejado de transformarse a lo largo de su historia, en función de los cambios sociales, y de las nuevas demandas de atención y acompañamiento que surgen en la sociedad. La pandemia del COVID-19 fue otro momento clave de cambio y transformación social y para la práctica profesional del trabajo social. En este artículo se investiga cómo evolucionó la entrevista, especialmente durante el periodo de encierro más estricto. Para ello, se ha realizado un estudio en la Cruz Roja de Zaragoza, que fue seleccionada por ser pionera en el uso de las TIC para la intervención social. De un total de 65 usuarios seleccionados en la propia organización, con la premisa de que tuvieran acceso a teléfono móvil y ordenador personal, 30 respondieron a dos cuestionarios online diseñados para la investigación cuando se incorporaron al programa y tras unos meses de intervención. Los resultados indican una alta valoración en cuanto al uso de las TIC, que son valoradas positivamente durante el proceso de intervención, y especialmente el acompañamiento profesional, que ayuda a resolver dudas y familiarizarse con la tecnología. Posiblemente la pandemia ha actuado como acelerador tecnológico, pero también como elemento disruptivo que permitirá la integración definitiva de la tecnología en la intervención profesional del trabajo social.
The work of social work professionals has changed ceaselessly throughout its history, as society has changed and new societal demands for care and accompaniment have emerged. The COVID-19 pandemic was another key moment of social change and transformation, as well as for the professional practice of social work. This article investigates how the interview process evolved, especially during the strictest period of lockdown. A study was carried out at the Red Cross of Zaragoza, selected due to its status as a pioneer in the use of ICTs for social intervention. Out of a total of 65 users selected from within the organization subject to the requirement that they had access to a cell phone and personal computer, 30 responded to two online questionnaires designed for the research when they joined the programme and after a few months of interventions. The results indicated a highly positive assessment of the use of ICTs during the intervention process, and especially in terms of professional support, which helped users to resolve doubts and become familiar with the technology. The pandemic may have acted as a technological accelerator but it has also been a disruptive element that will make it possible to definitively integrate technology into professional social work interventions.
