Nicolás Muñoz, Rodrigo Asún, Claudia Zúñiga
El presente trabajo tuvo como objetivo identificar el rol de la clase social en la participación o no participación de las personas en acciones de protesta, en el marco de las movilizaciones socioambientalistas, llevadas a cabo el año 2016 en la Isla de Chiloé, en el sur de Chile. Para esto, se realizó un estudio cuantitativo transversal, aplicándose una encuesta a una muestra aleatoria de 400 personas mayores de 18 años, de las dos principales ciudades de la isla. Se puso a prueba un modelo de ecuaciones estructurales que incluye variables identificadas por la psicología social como predictores de la participación en acciones colectivas, además de la posición de clase de los individuos, la que tradicionalmente no es considerada por la psicología social en la investigación en este campo. Los resultados muestran que el modelo propuesto ajusta adecuadamente a los datos, y que la clase social es un importante predictor de la participación en la acción colectiva, pero en la dirección opuesta a la hipotetizada. Es decir, fueron las personas de clases más altas y de sectores medios quienes tendieron a participar más en las protestas. Se discuten las implicancias de estos resultados en el marco de los movimientos socioambientales.
The aim of the present work was to identify the role played by the social class in the participation or non-participation of people in protest actions, in the context of the socio-environmental mobilizations that took place in 2016 on Chiloé Island, in the southern Chile. A quantitative cross-sectional study was carried out, by applying a survey to a random sample of 400 people over the age of 18, from the two main cities of the island. A structural equations model was tested that included variables traditionally identified by social psychology as predictors of participation, in addition to the social class of individuals, variable that is not usually included in social psychology studies in this field. The results show that the proposed model presented an adequate fit and the social class is an important predictor of participation in collective action, although in the opposite direction to that hypothesized. That is, it was the upper and middle class people who tended to participate more in the protests. The implications of these results are discussed in the context of social-environmental movements.