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Valencia, España
Men with alcohol and/or other drug use problems (ADUPs) court-mandated to attend intervention programs for intimate partner violence (IPV) perpetrators have been identified as a high-risk, highly resistant group of IPV perpetrators, as they present lower treatment adherence and higher dropout and recidivism rates. Previous research suggests that IPV perpetrators with ADUPs may require tailored interventions to address their specific risk factors. The present systematic review was conducted using PRISMA guidelines to identify the specific risk factors in men with and without ADUPs on entry to court-mandated perpetrator programs. The following databases were searched from inception to November 2021: Web of Science, PsycINFO, and Scopus. There was a screening of 3,995 records, and 29 quantitative studies were included in the review. Risk factors present in males court-mandated to perpetrator programs were grouped into four categories: sociodemographic risk factors, personality disorders and psychological adjustment, social-relational risk factors, and risk factors related to attitudes towards women. Results indicated that the main risk factors in IPV perpetrators with ADUPs, compared to those without, were higher clinical symptomatology (e.g., anger and impulsivity), personality disorders, poorer executive functions, having experienced more stressful life events, higher exposure to childhood trauma, lower intimate social support, and higher responsibility attributed to the offenders’ personal context.
These results contribute to a deeper understanding of the complex phenomenon of IPV and ADUPs, and could help to inform key targets for perpetrator programs that may improve the well-being of their (ex)partners and increase the effectiveness of intervention programs for IPV perpetrators.
Los hombres que presentan consumo problemático de alcohol y otras drogas (CPAD) y que acuden por mandato judicial a programas de intervención para agresores de pareja constituyen un grupo de agresores resistentes a la intervención y de alto riesgo, ya que presentan una menor adherencia al tratamiento y una mayor frecuencia de abandono y reincidencia. La investigación previa indica que los participantes con CPAD pueden necesitar intervenciones adaptadas en las que se traten los factores de riesgo específicos. La presente revisión sistemática se ha llevado a cabo siguiendo las directrices PRISMA con el fin de conocer los factores de riesgo específicos en participantes con y sin CPAD al inicio de la intervención. La búsqueda bibliográfica se realizó en las siguientes bases de datos hasta noviembre del 2021: Web of Science, PsycINFO y Scopus. Se examinaron 3,995 estudios, incluyéndose 29 estudios cuantitativos en la revisión.
Los factores de riesgo de los hombres que acudieron por mandato judicial a intervenciones con agresores de pareja se agrupan en cuatro categorías: sociodemográficos, trastornos de la personalidad y ajuste psicológico, sociorrelacionales y relativos a las actitudes hacia la mujer. Los resultados indican que los principales factores de riesgo en agresores de pareja con CPAD, comparados con aquellos que no tienen este problema, se caracterizan por una mayor sintomatologíaclínica (e.g., ira e impulsividad), trastornos de la personalidad, deficiencias en las funciones ejecutivas, mayor exposición a hechos vitales estresantes, trauma en la infancia, menor apoyo social íntimo y mayor tendencia a atribuir la responsabilidad de la conducta violenta a su contexto personal. Estos resultados contribuyen a una comprensión más profunda de la compleja relación entre la violencia de pareja y el CPAD y de los objetivos clave de los programas para agresores, con el fin de aumentar el bienestar de la (ex)pareja y la eficacia de dichos programas.
