Este artículo se propone presentar algunas ideas sobre los orígenes del arte, cuestionando una aproximación naturalista o evolucionista del mismo. La intención es poner de manifiesto que el sentimiento artístico se manifiesta originariamente en una forma abstracta. Para ello se parte de un examen de la naturaleza del arte del Paleolítico Superior con el propósito de mostrar que en este periodo coexisten las dos formas básicas del arte, la figurativa y la abstracta en las pinturas y grabados rupestres y mobiliares, y la abstracta en el diseño de instrumentos. La argumentación que se presenta incluye un repaso de los períodos progresivamente anteriores, el Paleolítico Medio y el Inferior, para mostrar cómo en las más antiguas manifestaciones de la cultura material humana se da la presencia de las mismas manifestaciones que consideramos artísticas. Se concluye que el gusto artístico oscila entre la abstracción y la figuración, cuya única progresión está en la búsqueda de simetría, regularidad y esbeltez.