F. Salvat Germán, E.C. Berrozpe, H. Pueyrredón, C. Amuchastegui, V. López, R. Castrillo, F. Alza, R. Rivas Chacón, J.M. Madrazo, M.E. Mazzola, S. Lujan, M. Farez, M. Parada
Introducción Los trastornos del sueño y el dolor crónico están relacionados bidireccionalmente. Ambos están relacionados con trastornos afectivos, fatiga, depresión, ansiedad y abuso de fármacos, y afectan significativamente a la calidad de vida. El objetivo del Programa Interdisciplinario de Dolor (PRID) es aliviar el dolor del paciente y mejorar su funcionalidad a través de la incorporación de hábitos posturales, del sueño y nutricionales saludables, técnicas de relajación, ejercicio físico y mecanismos cognitivoconductuales.
Pacientes y métodos Se realizó un estudio retrospectivo, observacional y transversal. Se examinó a 323 pacientes con dolor crónico que completaron el PRID. Se les evaluó al principio y al final del programa con escalas de dolor, depresión, calidad de vida e insomnio, y se les comparó entre grupos con y sin insomnio –índice de gravedad del insomnio (ISI) menor de 15 frente a mayor o igual a 15–. Se estudió a 58 pacientes con polisomnografía.
Resultados Se observó una mejoría significativa (p < 0,0001) del dolor, la depresión y la calidad de vida evaluados mediante la escala analógica visual (EVA), el inventario de Beck y el cuestionario Short Form-36 (SF-36), tanto en pacientes con dolor crónico con ISI menor de 15 como ISI mayor o igual a 15. Los resultados fueron superiores en el grupo de pacientes con insomnio. La presencia de un índice de apneas e hipopneas elevado y movimientos periódicos de los miembros inferiores en los pacientes no se relacionó con la mejoría de las escalas de Beck, SF-36, ISI y EVA.
Conclusiones En conclusión, el PRID beneficia a los pacientes con dolor crónico no oncológico en varias esferas afectadas, además del dolor, mediante un tratamiento integral. La polisomnografía puede ayudar a diagnosticar patologías específicas e individualizar el tratamiento farmacológico.