El análisis telemático se planteó como alternativa para poder seguir trabajando con los pacientes, a partir del confinamiento por el COVID-19 en marzo del 2020. Una modalidad poco conocida para algunos psicoanalistas que tuvieron el interés de estudiar su práctica, formando un grupo de estudio con Martina Burdet.
Presentamos a continuación un trabajo relativo a la angustia del lado del analista frente a un determinado acontecimiento traumático y de cómo se compartió este entre profesionales de forma únicamente telemática.
La angustia que generaba la situación de la pandemia desbordaba la capacidad para pensar, para crear. Hubo una puesta en palabras por parte de los cuerpos distanciados pero unidos telemáticamente. Una nueva realidad hecha de conexiones entre los miembros del grupo que relanzó el pensamiento agujereado por la crudeza traumática. Paradójicamente, la herramienta fría supuso un soporte afectivo y contenedor.