Lee Armus, Aaron S. Evans
Estudiar las colisiones de galaxias nos ayuda a entender la historia del cosmos y a visualizar el futuro de la Vía Láctea, que acabará chocando con su galaxia vecina Andrómeda.
Esas fusiones, que pueden detectarse gracias a su intensa emisión infrarroja, provocan brotes de formación estelar y alimentan los agujeros negros supermasivos del centro de las galaxias.
Los científicos buscan comprender mejor tales procesos y sus efectos sobre la evolución de la galaxia recién formada por medio de observaciones detalladas y simulaciones de alta resolución.