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Edward Rivero, Kris Gutiérrez
En este artículo analizamos en qué medida la participación de un niño de ocho años de origen latino en una comunidad de videojuegos en línea constituyó una modalidad de aprendizaje denominada Aprendizaje por medio de Observar y Acomedirse, en inglés Learning by Observing and Pitching In (LOPI). En particular, nos centramos en cómo la organización de la comunidad de juego permitió la incorporación del niño y su contribución a una serie de actividades del grupo. En los dos ejemplos ilustramos el uso que el sujeto hizo de las herramientas digitales para coordinar su participación con fluidez y llevar a cabo actividades compartidas con otros miembros del grupo en un mismo entorno de juego. Asimismo, tras un análisis detallado de su actividad en el videojuego, proponemos que niños y niñas aprenden observando los vídeos producidos por otros jugadores o gamers y mediante sus contribuciones a la comunidad en línea a través de su propio juego. Por tanto, este artículo tiene implicaciones en relación con el modo en que los niños se benefician del aprendizaje por observación y participación en comunidades virtuales a través de sus actividades habituales en este ámbito. Cerramos el artículo con una discusión sobre el modo en que los contextos organizados en torno al juego, como ocurre con las comunidades de videojuegos, pueden convertirse en fuentes provechosas de aprendizaje en las que niños y niñas pueden desarrollar sus competencias digitales mediante la observación y la participación.
In this article, we examine how a Latinx eight-year-old child’s participation in an online gaming community supported his involvement in a way of learning termed Learning by Observing and Pitching In (LOPI). Specifically, we focus on how the way that the online gaming community was organized allowed the child to be incorporated to contribute to a range of the online gaming community’s activities. In the two examples, we reveal how the child leveraged digital tools to coordinate fluidly and complete shared endeavours with others in his gaming environments. Moreover, through in-depth analyses of the child’s video gaming activity, we argue that children learn by observing gamer-produced media and pitch in to online gaming communities through their gameplay. As such, the article has implications for how children participate through LOPI in virtual communities through their everyday media practices. We end with a discussion on how contexts organized around play, such as online gaming communities, can be fruitful sites of learning in which children develop digital literacies by observing and pitching in.
