Basado en la teoría de que un ambiente positivo satisface necesidades humanas, a la vez que estimula el despliegue de conductas protectoras del ambiente, el presente estudio probó empíricamente un modelo de positividad familiar, considerando las respuestas que dieron 200 mexicanos a un instrumento de investigación. En el modelo, una serie de características positivas de los hogares (privacidad, temperatura agradable, ausencia de ruido, limpieza) constituyeron un factor de ambiente físico positivo en la familia, mientras que el ambiente social positivo familiar se conformó por indicadores de afecto e intimidad y un estilo democrático de relaciones entre los miembros. El modelo también incluyó un factor de conductas sostenibles, formado a partir del reporte de comportamientos pro-ecológicos, frugales, altruistas y equitativos. Los factores positivos físico y social del ambiente familiar produjeron un factor de segundo orden, que se identificó como ‘Ambiente familiar positivo’. Este constructo de segundo orden se asoció notoria y significativamente con el factor de conducta sostenible, lo cual le otorgó apoyo empírico al modelo teórico de positividad ambiental en la familia.
Based on the theory that a positive environment meets human needs whilst at the same time it stimulates engagement in environmentally protective behaviours, this study empirically tested a model of family positivity, considering the responses given by 200 Mexican interviewees in a research survey. In the model, a series of positive characteristics pertaining to the home (privacy, pleasant temperature, lack of noise, cleanliness) constituted a positive physical environmental factor for the family, whereas positive social family atmosphere comprised indicators of affection and intimacy and a democratic style of relations between the members. The model also included a factor pertaining to sustainable behaviours, created through the reporting of pro-environmental, frugal, altruistic and equitable behaviours. The positive physical and social factors of the family environment produced a second-order factor, identified as ‘Positive family environment’. This second-order construct was saliently and significantly associated with the sustainable behaviour factor, providing empirical support to the theoretical model of environmental positivity in the family.