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La pandemia de Covid-19 que se instaló en la Argentina de un modo disruptivo con la llegada del otoño de 2020 puso en poco tiempo a toda la población en un riesgo inminente de enfermedad y muerte. Contingencia en la que nos encontramos inmersos de pronto, tanto analistas como pacientes. Lo impensado, sorprendente y cambiante ha sido una constante, situación que ha generado sentimientos de angustia, incertidumbre, pérdida y un potencial traumatogénico en nuestros pacientes y en la sociedad toda. Debido al confinamiento dispuesto en nuestro país en marzo de 2020 para atenuar la propagación de esta enfermedad viral, los psicoanalistas hemos tenido que adaptar nuestra práctica de la modalidad presencial a la modalidad virtual. Los pacientes han aceptado este nuevo dispositivo y se ha creado una nueva intimidad entre analista y paciente. Esta situación fue propicia para poder abordar, entre otras, las múltiples situaciones de pérdida. Lo que se vaya a recuperar cuando la pandemia finalice no será lo mismo que habíamos vivido antes. Estos duelos están siendo tramitados con dificultad o se mantienen congelados sin tiempo de elaboración produciendo daño en la trama social.
The virtual consulting room in the pandemic. Analysis of the ways of mourning: The Covid 19 pandemic that settled in Argentina in a disruptive way in the autumn of 2020 put in a short time the entire population at imminent risk of disease and death. Both analysts and patients found themselves suddenly immersed in this contingency. This unthinkable, surprising and changing situation turned lasting has generated feelings of anguish, uncertainty and loss, and has been potentially traumatic for our patients and society as a whole. Due to the confinement imposed in our country to mitigate the spread of this viral disease, we psychoanalysts have had to adapt our practice from face-to-face to the virtual modality. Patients have accepted this new device and a new intimacy between analyst and patient was created. This setting led to address, among others, the multiple situations of loss. When the pandemic end, what will be recovered will not be the same as what we experienced before. These kinds of mourning are being processed with difficulty or remain frozen, without time for elaboration, thus damaging the social fabric.
