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María Antonia Parra Rizo, Beatriz Bonete López
La calidad de vida es una prioridad en el ámbito de estudio del envejecimiento junto con la práctica de actividad física, junto con el estudio de la capacidad funcional y el envejecimiento saludable.El objetivo ha sido explorar las diferencias en la percepción de calidad de vida en función de los diferentes niveles practicados de actividad física (alto, moderado o bajo). Se ha empleado el International Physical Activity (IPAQ) recomendado por la OMS, y el cuestionario de calidad de vida CUBRECAVI en un grupo de 397 personas de 60 a 90 años físicamente activas de la provincia de Alicante. Los resultados indican una mayor calidad de vida en aquellos que realizan actividad física de alta intensidad. Al contrario, los que realizan una actividad moderada o baja, la autovaloración de la calidad de vida no depende de la actividad física. Con ello, la práctica de actividad física de alta intensidad favorece una mayor percepción de calidad de vida en personas mayores. Estos datos se pueden tener en cuenta como estrategia de implementación en los programas de intervención de actividad física en la vejez.
Quality of life is a priority in the field of study of aging along with the practice of physical activity, both as positive factors in the field of old age, together with concern for the improvement of functional capacity and healthy aging. Therefore, the objective has been to explore differences in the perception of quality of life according to different levels of physical activity (high, moderate or low).For this purpose, the International Physical Activity (IPAQ) recommended by the WHO and the CUBRECAVI quality of life questionnaire have been used in a group of 397 physically active 60-90 year olds from the province of Alicante. The results indicate a higher quality of life in those who perform high intensity physical activity. On the contrary, those who perform a moderate or low activity, self-assessment of quality of life does not depend on physical activity. With this, the practice of high intensity physical activity favors a greater perception of quality of life in the elderly. These data can be taken into account as an implementation strategy in physical activity intervention programs in old age.
