P. E. Balcarce Bautista
Introducción. El hallazgo de una ptosis palpebral en un manuscrito del siglo xiii plantea el diagnóstico diferencial de lesión del tercer par craneal. Este nervio no fue diferenciado de los otros oculomotores hasta el s. xvi. En el s. xix se estableció una correlación clinicopatológica con su parálisis.
Objetivo. Describir las características y diagnósticos diferenciales de una ptosis palpebral ilustrada en el Libro de las obras divinas (1173) de Hildegarda de Bingen.
Desarrollo. En la obra en cuestión se retrata a la monja Richardis de Stade con su párpado izquierdo caído. Se describen dos signos notorios, ptosis y elevación de la ceja correspondiente, y se infiere la desviación del ojo hacia abajo y afuera por la forma que le imprime al párpado la posición del ojo y la curvatura de la córnea. El cuadro es consistente con una parálisis aislada del motor ocular común. Se discuten las causas de ptosis: aponeurótica por dehiscencia del levator palpebrae; miógenas, congénitas y adquiridas; de la unión neuromuscular; y neuropática, que es la más probable en este caso y de mecanismo compresivo.
Conclusiones. El retrato de Richardis de Stade muestra una parálisis del motor ocular común siglos antes de que se conocieran su anatomía, función y expresión clinicopatológica. Su inesperada muerte de causa natural hace presumir la ruptura de un aneurisma cerebral. El mérito de esta descripción original debe concedérsele a Hildegarda, cuya vocación médica ha sido largamente reconocida.