Montserrat Vilà Planella
Las invasiones biológicas en la región mediterránea responden a su peculiar historia de comercio, asentamientos y colonialismo. Pero el aumento de los intercambios comerciales y culturales de los últimos decenios las ha exacerbado.
Las especies invasoras merman la biodiversidad local y alteran la estructura y el funcionamiento de los ecosistemas autóctonos, lo que repercute de forma negativa en los servicios vitales que estos nos proporcionan.
Las estrategias para detenerlas pasan por un seguimiento y control coordinado entre países y por una mayor concienciación ciudadana sobre sus impactos.