Aunque la industria espacial genera muchas menos emisiones que la aviación, eso no significa que podamos ignorar su impacto ambiental.
Los lanzamientos de cohetes y la reentrada de basura espacial producen gases y partículas que pueden alterar la atmósfera y dañar la capa de ozono.
Resulta urgente caracterizar mejor esa contaminación y sus repercusiones ambientales para evaluar la sostenibilidad del sector espacial.