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Sandra Sanmartín Feijóo, James O'Higgins Norman, Mairéad Foody, Rafael Pichel, Teresa Braña Tobío, Jesús Varela Mallou, Antonio Rial Boubeta
RESUMEN En las últimas décadas ha ido creciendo la preocupación por las agresiones entre iguales y su investigación, tanto en el propio entorno escolar como, más recientemente, a través de la red. El presente estudio se planteó con el objetivo de explorar las diferencias de sexo tanto en el acoso tradicional como en el ciberacoso, pues la bibliografía existente no llega a un consenso sobre la forma en que la implicación en el acoso puede estar siendo moderada por el sexo o el género. La muestra constó de 3,174 adolescentes de 12 a 17 años que cumplimentaron por escrito una encuesta que incluía el European Bullying Intervention Project Questionnaire y el European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire. Los principales resultados no mostraron diferencias en las tasas de ciberacoso de chicas y chicos. Respecto al acoso tradicional, aunque se han hallado más víctimas-agresoras en los chicos, no se han encontrado diferencias en la tasa de víctimas y agresores puros. Al analizar las conductas específicas sufridas o perpetradas, se encontraron varias diferencias entre chicas y chicos. Sin embargo, esas diferencias eran pequeñas y no parece que haya un patrón de acoso claramente diferenciado, lo que desaconseja emplear estrategias preventivas claramente diferenciadas para chicas y para chicos.
ABSTRACT In recent decades there has been a progressive increase in concern and research into the problems of peer aggression, both in the educational setting and more recently, online. The present study sought to explore sex differences in traditional bullying and cyberbullying, since current literature has not reached a consensus in how bullying involvement could be moderated by sex. The sample consisted of 3,174 adolescents aged 12-17 years old who completed a paper survey which included the European Bullying Intervention Project Questionnaire and the European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire. The main results found no differences in cyberbullying rates for boys and girls. In the case of bullying, there were more bully-victims among the boys, but no differences were found in the pure victims or pure perpetrators. When analysing the specific bullying behaviours suffered or perpetrated, several differences were found. However, said differences were discrete and it seems that there are not distinctly differentiated bullying patterns, which discourages the use of clearly differentiated preventive strategies for boys and girls.
