La inclusión en el entorno escolar implica la presencia, participación y logros de aprendizaje de todo el alumnado.
También se orienta al bienestar:
difícilmente podríamos calificar como inclusiva una experiencia desagradable. Los avances tecnológicos y también organizativos de los últimos años han facilitado los procesos de inclusión del alumnado con sordera en la escuela ordinaria y, concretamente, en el aula de música de Educación Infantil y Educación Primaria. Esto ha propiciado que en Cataluña, y otros lugares, el primer factor inclusivo mencionado, la presencia en el aula, es ya una situación asumida como normalizadora de la atención a la diversidad.