RESUMEN Introducción: La cefalea postpunción dural (CPPD) es una complicación de la punción lumbar, práctica utilizada por múltiples especialistas con diferentes fines, y de la punción dural accidental (PDA) en una técnica epidural. El objetivo de disponer de un protocolo de manejo de la CPPD, con implicación multidisciplinar, es diagnosticar y tratar precozmente a cualquier paciente con CPPD, independientemente de qué especialidad observe la complicación. Material y métodos: Estudio descriptivo, observacional y retrospectivo en el que se analiza la utilidad clínica de un protocolo de manejo de CPPD entre septiembre de 2014 y diciembre de 2017. Resultados: Se analizaron un total de 60 interconsultas. Se observó una incidencia de PDA del 0,61 %, el 80 % de las PDA desarrollaron CPPD, y de ellas, el 72 % precisó un parche hemático. Con el seguimiento telefónico, 8 pacientes que inicialmente fueron dados de alta con CPPD leve precisaron reingreso por empeoramiento clínico, y se diagnosticó un paciente con parálisis del VI par craneal. Los especialistas que incluyeron pacientes en el protocolo fueron: anestesiólogos, obstetras, médicos de urgencias y neurólogos. Conclusiones: El protocolo permitió un diagnóstico y tratamiento precoz de la CPPD, además de un seguimiento tras el alta hospitalaria del paciente.
ABSTRACT Introduction: Postdural puncture headache (PDPH) is a lumbar puncture complication, this practice is used by several medical specialists for different purposes as well as the accidental dural puncture (ADP) in an epidural technique. The objective of a PDPH multidisciplinary management protocol, is to diagnose and early treat any patient with PDPH, no matter which speciality observes this complication. Material and methods: A descriptive, observational and retrospective study in which the clinical helpfulness of a PDPH management protocol is analyzed between September 2014 and December 2017. Results: A total of 60 consult visits were analyzed. An incidence of ADP of 0.61 % was observed, 80 % of them developed PDPH, and out of these, 72 % required an epidural blood patching. Re-entry due to clinical worsening was required by 8 patients on telephone follow-up, who were initially discharged with mild PDPH, and one of them was diagnosed with abducens nerve palsy. Medical specialities with patients in this protocol were: anesthesiologists, obstetricians, emergency physicians and neurologists. Conclusions: The protocol allowed a diagnosis and early treatment of the PDPH as well as supplied the patient's follow-up after his hospital discharge.