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Paulo Lucas da Silva, Ivana de Oliveira Gomes e Silva
Este ensayo discute la producción humana de su humanidad y su inhumanidad, y su relación con la educación, la formación. Desde las obras de la ciencia, la humanidad puede percibirse en dilemas que la hacen orgullosa de sí misma, temerosa, frustrada, en riesgo de sí misma, de sus producciones. Cuando nace, el ser humano, se pone como un proyecto de humanidad, necesitando someterse a un proceso de formación humana. Para Kant existe la necesidad de dominar y superar el estado salvaje hasta la entrada al mundo de la ley; para Hegel, el proceso es el paso del estado natural al mundo del espíritu. Freud identifica la sumisión a las leyes como un fracaso y una causa de incomodidad en la civilización. Adorno identifica la frustración, con este malestar, con la generación de la barbarie. La lectura del pueblo Awaete reconoce la necesidad del pasaje de gente hacia “verdaderamente” gente. En el campo de la religión cristiana, São Paulo reitera la realidad –y la necesidad, en camino a la salvación –, de la transición delhombre viejo al hombre nuevo. Una de las conclusiones de otrasque se puede llegar es señalada por Adorno, quien defiende la educación como “la producción de una verdadera conciencia”. Como ensayo, la discusión permanece abierta en el más puro interés filosóficamente humanizador: la búsqueda de la verdad
O presente ensaio discute a produção humana de sua humanidade e de sua desumanidade e sua relação com a educação, formação. Desde as obras mais remotas da ciência, a humanidade pode se aperceber em dilemas que a tornam orgulhosa de si e receosa, frustrada, sob riscos de si mesma, de suas produções. Quando o ser humano nasce, se configura como um projeto de humanidade, necessitando submeter-se a um processo de formação humana. Para Kant há a necessidade de dominar e superar o estado selvagem e o ingresso no mundo das leis; para Hegel o processo é a passagem do estado natural para o mundo do espírito. Freud identifica a submissão às leis como um fracasso e motivo de mal-estar na civilização. Adorno identifica a frustração, com este a partir deste mal-estar, com a geração da barbárie. Na leitura do povo Awaetese reconhece a necessidade da passagem de gentepara seser “verdadeiramente” gente. No campo da religião cristã, São Paulo reitera a realidade –e necessidade a caminho da salvação –da passagem do homem velho, para o homem novo. Uma das conclusões a que se pode chegar é apontada por Adorno, que defende a educação como “a produção de uma consciência verdadeira”. Como um ensaio, mantém-se aberta a discussão, no mais puro interesse filosoficamente humanizante: a busca da verdade
