Cristina Eiroa Pazos, María Covadonga Fernández Ponce
Aplicar el modelo de calidad de vida en la intervención con adultos con TEA en centros residenciales está suponiendo una transformación tan positiva como necesaria. La calidad de vida aumenta en correlación positiva a medida que mejoran sus habilidades y destrezas para afrontar eventos cotidianos o situaciones de crisis. Solo si conseguimos que se sientan cómodos y seguros controlarán el entorno para poder llevar a cabo su proyecto de vida. El desarrollo de nuevos proyectos centrados en el respeto de las particularidades individuales, en la observación cuidadosa de la persona con TEA, en el refuerzo con apoyos específicos e individualizados para impulsar sus fortalezas es la vía para lograr una vida lo más plena e independiente posible