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Objetivo: caracterizar el perfil sociodemográfico y analizar la asociación entre religiosidad, espiritualidad, como elementos para enfrentar la enfermedad y calidad de vida en familiares de pacientes de oncología pediátrica de hospital de referencia. Método: estudio transversal descriptivo con metodología cuantitativa, realizado de 2017 a 2018. Datos fueron recolectados a través de Whoqol bref y la Escala de Coping Religioso/Espiritual Breve. Resultados: se entrevistó a 47 familiares, con perfil compuesto predominantemente por parientes femeninos, de 30 a 39 años, casados, madres con más de 1 hijo, residentes del interior del estado, con educación primaria incompleta, ingresos familiares de 1 a 3 salarios mínimos y religión protestante. Se observó que los ancianos y los que abandonaron su hogar para buscar mejores tratamientos tenían el peor índice de calidad de vida, mientras que las personas casadas y los jóvenes tenían la mejor. Las personas espiritualizadas demostraron ser más capaces de afrontar las adversidades, así como aquellas cuya frecuencia religiosa aparece regularmente. También se notó que la mayoría afirma que la religiosidad y espiritualidad son muy importantes, pero a pocas se les habló sobre ellas durante la atención médica. Conclusiones: para el público evaluado, la espiritualidad es un factor importante para hacer frente a situaciones estresantes, así como para proporcionar mejor calidad de vida a los familiares. Científicamente, la necesidad de más investigación sobre el tema es evidente, dado que el valor de las futuras contribuciones al campo de la salud es indudable.
Objective: to characterize the sociodemographic profile and analyze the association between religiosity, spirituality, as elements to face the sickness and quality of life in relatives of pediatric oncology patients at a referral hospital. Method: descriptive cross-sectional study with quantitative methodology, carried out from 2017 to 2018. Data collected through Whoqol bref and Brief Spiritual/Religious Coping Scale. Results: 47 family members were interviewed, with a profile composed predominantly of female relatives, from 30 to 39 years old, married, mothers with more than 1 child, upstate residents, with incomplete primary education, family income of 1 to 3 minimum wages and protestant religion. It was noted that the elderly and those who abandoned their home to seek the best treatment had the worst average for quality of life, while married people and young people had the best. Spiritualized people have shown themselves to be more able to cope with adversity, as those whose religious frequency appears regularly. Moreover, the majority affirms that religiosity and spirituality are very important, but few were approached spiritually during medical care. Conclusion: in relation to the evaluated public, spirituality is an important factor when dealing with stressful situations, as well as to provide better quality of life for family members. Scientifically, the need for more research on the topic is evident, given the indisputable value of future contributions to the field of health.
