La acelerada modernización de la estructura ocupacional española a partir de 1985 ha implicado una creciente profesionalización de la población activa y una mayor atención al aprendizaje continuo. el presente artículo confirma que la formación inicial y la continua (la adherida al diseño productivo y la derivada de acciones concretas) favorecen la colocación. Pero una mejora de la formación exige un cambio de cultura. cuanto mas avancen las organizaciones en este terreno, tanto menor fundamento tendrán las críticas a las teorías del capital humano.