María Angélica Fontán
Desde hace varios años, los psicopedagogos, junto a otros protagonistas de la salud y la educación, somos llamados a intervenir en la integración de alumnos con discapacidad a la escuela común. Las disrupciones que genera la tramitación de la diferencia en una cultura escolar y un imaginario social fundado en la ilusión de homogeneidad interpelan tanto las prácticas escolares como las profesionales. Enmarcar estas escenas y leerlas a la luz de lo que Freud nos propone como “Malestar en la cultura”, es un desafío, una invitación a desplegar las dimensiones de dicho malestar con conceptos del psicoanálisis como herramientas válidas, tanto para intervenciones como para investigaciones en el campo en que nuestras profesiones son llamadas para cumplir con un encargo social, partiendo de un no-todo como torsión de lo imposible de nuestras prácticas, y rescatando la experiencia en la escritura.
For several years, psychopedagogists, with other actors in health and education, have been called to participate in the integration of students with disabilities into regular schools. Disruptions generated by processing of the difference in a school culture and a social imaginary based on the illusion of homogeneity interpellate both school practices as well as professionals. Framing these scenes and reading it in the light of what Freud proposed as "cultural discomfort" is a challenge, an invitation to display the dimensions of the unrest, with concepts of psychoanalysis as valid tools; these interventions and research are used in this field in which our professions are called to fulfill a social mission, from a not-all as torsion of the impossible of our practices, and rescuing the experience in writing.