Colombia
En psicología clínica existe un consenso creciente acerca de las deficiencias del sistema de diagnóstico categorial en el caso de los trastornos de la personalidad (TP), dado que resulta insuficiente para abarcar la experiencia disfuncional del paciente. Esto produce un recorte excesivo y excluye sus aspectos fundamentales e idiosincráticos. Además, impacta negativamente en la conceptualización adecuada del caso y en el diseño de las intervenciones. Cuando existen tantas dificultades para aplicar un modelo diagnóstico a la práctica psicoterapéutica, es posible pensar que lo que debemos modificar es el modelo y no pretender ajustar la psicoterapia a este. Conceptualizar los TP desde la llamada perspectiva dimensional posibilita atender mejor a las particularidades de cada sujeto y, de esta manera, incrementar la calidad de las intervenciones. El presente trabajo intenta plasmar cómo dicha perspectiva, que actualmente cuenta con un fuerte soporte empírico, puede mejorar la comprensión clínica de estas perturbaciones y su abordaje terapéutico.
In the field of clinical psychology, there is a growing consensus about thedeficiencies of the categorical diagnosis system for personality disorders (PD), sinceit is insufficient to cover the dysfunctional experiences of patients. These deficiencies cause an incomplete system, since it excludes essential and idiosyncratic information necessary to better understand the patients. Moreover, this situation negatively affects the adequate conceptualization of the problems and the design of the interventions. If too many difficulties arise when implementing a diagnostic model in psychotherapy, it is possible to think that the model should be modified instead of trying to adjust psychotherapy to the model. The conceptualization of PD from the so-called “dimensional perspective” makes it possible to address the special features of each subject and, thus, improve the quality of the interventions. This work aims to explain how such dimensional perspective, which currently has a strong empirical support, can improve the clinical understanding of these disorders and their therapeutic intervention.