A lo largo del siglo XIX, grandes cambios sociales, políticos y económicos (y su incomprensión) crean el contexto idóneo para el surgimiento de un aparato científico-ideológico peculiar con el que analizar y explicar esa compleja realidad del momento. En el artículo se presenta un análisis crítico de los modelos de estudio adoptados por las Ciencias Sociales para la investigación de grandes estructuras y procesos sociales, muchos de los cuales siguen siendo utilizados en análisis contemporáneos. Se propone un modelo alternativo (un programa de interpretación social que promueva la comparación sistemática y crítica, y el análisis con base histórica). Este innovador método descarta las generalizaciones como objeto último del estudio social en un intento de comprender los procesos de modernización de las últimas décadas.