Peter Fairley
Los planes para conseguir una energía completamente renovable no tendrán éxito a menos que los países reestructuren todos sus sistemas energéticos, incluidos los combustibles.
Los excedentes de energía solar y eólica pueden hacer funcionar electrolizadores que convierten el agua en hidrógeno, el cual se podría almacenar para reconvertirlo en electricidad cuando se necesite.
Para que el creciente interés por el hidrógeno se materialice en infraestructuras, deberían disminuir los costes de producción. También son imprescindibles la aceptación social y las ayudas gubernamentales.